In spite of the attention received by the short-term crisis, Brazil faces a more serious problem, namely a long-term lack of growth or even perspectives of growth. The crucial indicator is labor productivity, which has averaged 0.7 percent growth per year since 1980. Even during the commodity boom, labor productivity grew by only 0.8 percent per year. There are various ways to make labor productivity grow again: (i) increase investment, (ii) improve human capital, and (iii) improve economic institutions. Though Brazilian savings and investment are among the lowest in Latin America, there are limits to their growth. In education, Brazil has been doing reasonably well, but this has been the case during the last twenty low productivity growth years. Neither human nor physical capital is likely to improve productivity growth significantly on its own. On the other hand, the institutional mixture of state capitalism and economic nationalism that Brazil depends on today, though functioning well up to 1980, has shackled Brazilian productivity since 1980. If Brazil reforms its economic institutions and puts an end to state capitalism and economic nationalism, its labor productivity will grow again at high rates.
A pesar de la atención recibida por la crisis de corto plazo, Brasil se enfrenta a un problema más grave de largo plazo. El indicador clave es la productividad laboral, el cual ha reportado un crecimiento promedio anual de 0.7 por ciento desde 1980. Incluso durante el auge de materias primas, la productividad laboral creció sólo 0.8 por ciento al año. Hay diversas maneras para que la productividad laboral vuelva a crecer: (i) mayor inversión, (ii) mejora de capital humano, y (iii) mejora de las instituciones económicas. Aunque los ratios de ahorro e inversión a PIB de Brasil se encuentran entre los más bajos de la región, sus crecimientos estarían limitados. Respecto a la educación, Brasil ha presentado resultados razonablemente positivos, pero en un contexto de baja productividad por los últimos veinte años. Ni el capital humano ni el físico por sí solos serían suficientes para impulsar el crecimiento de la productividad. Por otro lado, la mezcla institucional de capitalismo estatal y nacionalismo económico que rige actualmente, aunque haya funcionado hasta 1980, ha frenado la productividad del país desde 1980. Si Brasil reforma apropiadamente sus instituciones económicas y se aleja de mezcla institucional vigente, su productividad laboral crecerá nuevamente a tasas altas.
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